Manuel Rodríguez era hijo de criollos nacidos en la entonces Capitanía General de Chile, donde la guerra por la independencia lo encuentra a él y a otros, como José Miguel Carrera y Bernardo O’Higgins, peleando por la causa local. Rodríguez se une a las batallas, asumiendo diversos cargos políticos y militares, hasta la derrota de las fuerzas criollas por parte de los llamados “realistas”: los equipos de guerra adheridos a la causa española. El abogado decide huir a Argentina, donde se reúne con otro independentista clave: José Miguel de San Martín, a quien le ofrece sus servicios de espía en Chile.
En su nuevo rol, asume la conducción de fuerzas reaccionarias y logra diversas victorias, que son opacadas por la detención, tortura y posterior asesinato de Ana, su mejor amiga y amante, en manos de quien sería el último gobernador de Chile, Casimiro Marcó del Pont.