El documental titulado La flaca Alejandra aborda el regreso a Chile tras 17 años de exilio de Carmen Castillo, militante del MIR y compañera de Miguel Enríquez, en ese entonces Secretario General de esta organización política. Junto con presentar el recorrido de ésta por una serie de espacios significativos para su historia personal y para la historia política reciente del país, y mostrar su búsqueda por concretar algunas entrevistas con personajes reveladores, la película comienza a gravitar en torno a la conversación de Carmen con Marcia Merino, mejor conocida como «La flaca Alejandra».
Marcia ―antigua dirigenta de una célula del MIR― es apresada tras el Golpe de Estado y transformada, por medio de la tortura, en colaboradora de los aparatos represivos del Estado, tales como la DINA en primer término y luego la CNI. Entrega en este periodo a numerosos compañeros de militancia, entre ellos a Carmen Castillo ―en ese entonces embarazada― y a Miguel Enríquez, con el resultado de muerte de este último en el enfrentamiento y también muerte del bebé tras poco tiempo de nacer por las lesiones propinadas a su madre. Marcia es liberada de la cárcel 7 meses antes de la llegada de Carmen a Chile, tomando la decisión de declarar contra sus antiguos captores y jefes.
La conversación de ambas ―junto con otras testimoniantes que aparecerán hacia el final del documental, y la narración omnisciente de Carmen― gira en torno a los sucesos del pasado, la violencia política de Estado, el rol del torturador, las posibilidades de justicia, la memoria histórica, las contradicciones propias de los roles de víctima y victimario, entre otros muchos problemas que los crímenes perpetrados durante la dictadura dejan como legado en nuestra historia nacional. La Flaca Alejandra es uno de los primeros documentales que aborda la dictadura desde aspectos biográficos y memoriales, tanto desde el testimonio de la directora, como el de Marcia Merino.
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